Además de nuevos equipos y nuevos pilotos, la temporada 2010 que está a punto de comenzar parece traernos también la renovación personal y profesional de todo un Campeón del Mundo como el británico Lewis Hamilton. Un piloto amado por muchos y odiado por otros tantos, especialmente en nuestro país, donde la antipatía que se le profesa nace del duro enfrentamiento que mantuvo con Fernando Alonso durante la temporada 2007 cuando ambos eran pilotos de McLaren. Incluso en su país ha sido duramente tratado, cuando en 2008 Fernando Alonso fue galardonado mejor piloto del año (siendo 5º en el Mundial) por sus compatriotas y eso que el británico acababa de ganar el Campeonato del Mundo. Durante 2009 el protagonismo perteneció a Button, quedando Hamilton en la sombra mas absoluta.
Pero el año 2010 parece presentarse distinto para él. A sus 25 años Hamilton parece haber encontrado la madurez. En lo que llevamos de pretemporada no ha hecho declaraciones fuera de lugar, respetando cada vez más a sus rivales y al resto de monoplazas. A nivel profesional incluso ha pedido recientemente disculpas por su comportamiento irresponsable cuando compartió equipo con Fernando Alonso, un comportamiento que supuso la pérdida del Mundial de pilotos y de constructores. "Alonso era el campeón del mundo, no yo" dijo en sus declaraciones (Hamilton admite su error). Todo un ejemplo de autocrítica.
Sin embargo los cambios más importantes lo encontramos a nivel personal. No solo ha roto con su guapa novia Nicole Scherzinger, sino que ha puesto punto y final a la relación piloto/representante que mantenía con su padre Anthony Hamilton (Hamilton despide a su padre). Es decir, Lewis ha dado carpetazo a dos figuras que durante las carreras casi recibían más atención que él por parte de las cámaras, casi siempre dañando su imagen. Y lo ha hecho sin tener aún siquiera un nuevo representante. Desde mi punto de vista esto solo demuestra las prisas que tenía el piloto de sacar al padre de su vida profesional. Al parecer puede que ni siquera vaya a estar en las carreras.
Por mi parte solo me queda aplaudir a este nuevo Lewis Hamilton. Más maduro, es consciente por fin de lo que supone ser piloto de Fórmula 1, y en su caso además, Campeón del Mundo. Este nuevo Hamilton sí me gusta, responsable de si vida y su carrera, moderado en sus declaraciones y modesto en su porte (quedarse varias veces en la Q1 el año pasado le vino muy bien). Su extraordinario talento al volante nunca se le he negado, pero si le añade una verdadera figura de campeón, entonces tendremos un piloto que además de ganador sepa ganarse a la gente. Michael Schumacher o Fernando Alonso han tenido talento, rabia y madurez desde el principio. Lewis Hamilton acaba de alcanzar la tercera virtud. Ahora sí está preparado para estar a la altura. Como siempre, será un espectáculo verle.
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